Innovación, el camino del éxito en el sector HPPC

La INNOVACIÓN siempre es un factor relevante en cualquier sector, especialmente en el área de HPPC (Higiene Personal, Perfumería y Cosméticos), cuyos consumidores se muestran sedientos de novedades constantemente y en busca de tendencias y productos que satisfagan sus necesidades diarias para el cuidado del cuerpo y la belleza.

La INNOVACIÓN depende de la información y de la investigación, pero principalmente depende de la capacidad de escuchar y de testar las novedades con el consumidor. No existen reglas que faciliten el reconocimiento de una innovación, arriesgarse es inherente a todo lanzamiento innovador, pero sí existen estrategias para que las empresas puedan minimizar errores.

Para Peter Drucker, considerado un gurú en administración durante el s. XX, toda innovación es sorprendentemente simple. En realidad, según Ducker, el mayor elogio que una innovación puede recibir es “¡qué obvio! ¿Por qué no se me había ocurrido antes?”. Además, también merece la pena cuestionarse de dónde y por qué surge la idea del lanzamiento: ¿investigación bien fundamentada? ¿Éxito en el exterior?

No hay que olvidar que no todo lo que es innovador parte de un estudio y no todo lo que ha sido sujeto de estudio es un éxito. Por supuesto que la información ayuda en la toma de decisiones, pero lo más importante (fundamental) en el sector de HPPC es testar los productos antes de introducirlos en el portfolio.

Es necesario distinguir entre creatividad e innovación: la primera genera ideas; la segura productos. La innovación es la aplicación de las ideas, resultado de una solución. Innovar genera productos y servicios más competitivos. El cliente o el consumidor siempre evaluará y comprará la oferta con competidores y sustitutos ofertados en su país y en otras partes del mundo. Es un juego a nivel mundial.

¿Quiere innovar? Se puede innovar en varias direcciones:
– Productos;
– Servicios;
– Canales de venta;
– Modelos de negocio;
– Customización de productos;
– Reducción de costes: asumiendo la sustitución de materias primas en la fabricación de embalajes;
– Aumento de la vida del producto en las estanterías;
– Aumento de la protección y seguridad;
– Mantener el producto fresco por más tiempo;
– Hacer que el embalaje sea mas práctico y funcional tanto en el uso como en el transporte y el almacenaje;
– Facilitar la reutilización del embalaje;
– Mejorar el reciclaje: algunos tipos de embalajes no utilizan grapas o pegamentos, aumentan la seguridad y facilitan el reciclaje, ya sea mediante embalajes de aluminio, con altas posibilidades de reciclaje, o embalajes de vidrio;
– Mejorar la presentación: el rasgo que confiere diferenciación al producto es la promesa de una alta actuación;
– Adecuar el embalaje al estilo de vida o a los hábitos de usuario: el nuevo formato en spray de los protectores solares;
– Atraer al consumidor con algún complemento u otro diferencial;
– Siendo el producto más sostenible o proveniente de fuentes renovables: hoy en día los consumidores optan por adquirir productos en garrafas termoformadas a partir de pulpa celulósica. Existen ya en el mercado americano en forma de envases de leche o incluso en envases de detergentes y jabones líquidos;
– Prestando un servicio adicional: hay muchos embalajes que poseen un accesorio para facilitar la aplicación o el uso.

En el contexto del nuevo escenario mundial de crisis económicas, como a la que se enfrenta Brasil actualmente, la invasión de los mercados, nuevos hábitos y nuevas situaciones de consumo se han vuelto fundamentales para alcanzar la expansión y el crecimiento de productos y marcas. La innovación propulsa la competitividad, una cuestión no tanto de mejorar la rentabilidad sino de supervivencia.

La tecnología sirve como herramienta para ponerse al servicio de las necesidades de los consumidores, por esa razón se ha pasado a estudiar el comportamiento de las personas, sus carencias y las oportunidades que surgen en busca de la tecnología adecuada y de aumentar las posibilidades de éxito al introducir la innovación. Es necesario comprender con excelencia para servir de la misma medida.

Algunas definiciones de un producto innovador:

– Un producto puede ser considerado NUEVO cuando consigue cambiar el comportamiento del consumidor;
– Innovación es simplemente sinónimo de buenos resultados. Nada más que eso;
– Los productos innovadores son aquellos que ofrecen beneficios claros y valorados por el consumidor, impulsan las ventas de la categoría sin canibalizar otra versión o pueden alterar los hábitos de compra;
– También puede ser innovador un producto que genera una demanda inexistente.

Una vez que el producto se ha puesto a disposición del consumidor es necesario evaluar la receptividad. El estudio del comportamiento del consumidor puede valerse de las técnicas de observación en el acto de compra (shopper behaviour) o, de forma más contemporánea, de las técnicas de neurociencia: ambas destinadas al estudio del consumo. Algunos de los métodos neurocientíficos que se están utilizando hoy en día son la electroencefalografía, el eye-tracking, electromiografía facial y la psicología del sistema nervioso autónomo entre otros.

Todos estos datos permiten estudiar el impacto de las experiencias sensoriales en la red neuronal, más allá de apoyar al I+D (investigación y desarrollo) en la concepción de productos y al marketing en el diseño de nuevas campañas. Hoy en día ya que las empresas poseen los recursos y la tecnología disponible para innovar y evaluar los resultados del consumidor, es necesario que haya dinamismo y dosis de innovación para marcar la diferencia.

Fuente: III Cuaderno de Tendencias 2014-2015 de ABIHPEC

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