Es los últimos años la convergencia de alimentos y cosmética en la industria de la belleza se ha convertido en una de la mayores tendencias. Por un lado está el hecho de que los consumidores se han vuelto más conscientes de sus hábitos de alimentación y se han percatado de que la comida que consumen tiene un impacto directo sobre su salud y su aspecto. De hecho, el área de nutri-cosméticos ha surgido para cubrir la demanda de los consumidores que buscan suplementos nutricionales por motivos relacionados con la belleza. Otros consumidores han decidido mejorar su dieta – algunos comiendo productos frescos como vegetales y frutas o incluso superalimentos – para añadir más nutrientes o para conseguir un efecto “detox”.
Por otro lado, se aprecia como ciertos productos alimenticios o ingredientes se están abriendo camino hacia las aplicaciones cosméticas. Este proceso está en parte conducido por la innovación; parece que los profesionales de desarrollo de productos y los formuladores están revolviendo sus alacenas en busca de inspiración. Con un alto número de consumidores que asocia los alimentos a beneficios para la salud, dichos productos cosméticos se presentan de manera habitual promocionando dichos ingredientes. The Body Shop siempre ha estado a la cabeza de esta estrategia, mediante el uso de una imagen corporativa que utiliza ingredientes provenientes de la agricultura en sus envases y en las estanterías de sus tiendas. A día de hoy un amplio número de productos se ha posicionado en el mercado gracias la misma estrategia.
Varias de las firmas de materias primas están desarrollando ya nuevos ingredientes activos a partir de recursos alimenticios. Un buen ejemplo de ello es el ReGeniStem™ Red Rice, que es un derivado del arroz rojo del Himalaya. Es producido por Lonza y se presenta a los consumidores resaltando sus propiedades antienvejecimiento.
Otras empresas con actividad en el mercado de los ingredientes activos están usando ingredientes alimenticios como elementos para nuevos materiales cosméticos. DuPont Tate & Lyle (uno de los exhibidores de in-Cosmetics Brasil) se formó como la unión de negocio entre la empresa química DuPont y la empresa de azúcares Tate & Lyle. Utiliza azúcar de maíz para crear el monómero 1,3-propanediol como alternativa al petróleo en aplicaciones cosméticas.
Podría decirse que los ingredientes alimenticios han ganado mayor relevancia cuando hablamos de cosméticos naturales. Algunas marcas como Yes to In han desarrollado líneas completas a partir de un ingrediente alimenticio como núcleo. Tras su éxito inicial con Yes To Carrots, la empresa israelí ha creado líneas basadas en arándanos, pepino, tomate, uva y coco.
Horst Rechelbacher (el fundador de Aveda) promocionó su línea de Intelligent Nutrients bajo el lema “tan seguros como para comerlos”. De hecho, en una de nuestras Cumbres de Cosméticos Sostenibles, demostró la pureza de sus fórmulas abriendo una de sus lacas, vertiendo el contenido en un vaso y bebiéndolo. Qué mejor forma de desmostar la delgada línea que separa la comida de los cosméticos en la industria de la belleza.
La convergencia de comida y cosméticos en la industria de la belleza será presentada en el la edición latinoamericana de la Cumbre de Cosméticos Sostenibles, que acoge in-cosmetics Brasil durante el 28 y 29 de septiembre. Más información en http://www.sustainablecosmeticssummit.com/Lamerica